Mayo es el mes de los bautizos por excelencia, pero no todos se celebran tal como los conocíamos, sino que es una celebración que ha salido de la iglesia para convertirse, también, en una ceremonia civil (bautizo civil).
Algunos se preguntarán “¿un bautizo no católico?”
Pues sí, aunque pueda parecer una contradicción. A esta celebración, en la cual están ausentes los rituales de un bautizo cristiano, se le ha dado el nombre de “ceremonia de imposición de nombre” o “acto de bienvenida a la comunidad” en los cuales se le da la bienvenida democrática al recién nacido.
En ambos casos acuden los familiares y los padrinos para arropar al recién nacido. Pero en lugar de pila bautismal, agua bendita y unción como en el sacramento cristiano, en la versión civil existe un libro para la inscripción del nombre del bebé y de los padrinos, una lectura de la Carta europea de los derechos del niño y poemas alusivos como la ‘Nana de la cebolla’ de Miguel Hernández. Eso sí, el convite es el final de fiesta para cualquiera de las dos versiones.
Por supuesto, hay opiniones de todo tipo, incluso polémica por la denominación de “bautizo civil”. Para muchos es una celebración innecesaria, para los católicos es una cursilería pues es imposible asociar un sacramento cristiano con una celebración laica, mientras que los no creyentes consideran que tienen derecho a celebrar una ceremonia que no sea un rito católico para “dar la bienvenida a la comunidad” al bebé.
Por su parte, hay quienes piensan que aunque es una excusa para organizar una celebración familiar, es más lógico que bautizarlo por el rito cristiano y luego no educar al niño en los preceptos de la religión católica.
Hasta ahora los padres se enfrentaban a dos alternativas dependiendo de sus propias creencias: la de celebrar o no el sacramento del bautismo de su nuevo hijo. Sin embargo, ha surgido esta tercera opción que no parece que tuviera gran aceptación.
En Con Amor Infinito esto no es así, hace ya siete años de nuestro primer bautizo civil, una preciosa niña llamada Tais fue la pionera, fue una celebración preciosa, una ceremonia muy intima y entrañable. Sus orgullosos padres quedaron muy felices y satisfechos de la decisión que habían tomado.
¿Tú qué piensas del bautizo civil? ¿Lo celebrarías para tu bebé?