Ser oficiante de ceremonias no es fácil, pues soy la responsable de una boda de carácter simbólica, que debe conjugar el amor y los sentimientos de la pareja durante años en apenas unos minutos.
Cuando una pareja decide contactar conmigo y poner en mis manos uno de sus sueños, uno de los días más importantes de sus vidas en el cual nada puede fallar, es una responsabilidad que asumo con toda mi ilusión y cariño.
Por ello, quiero agradecer a todas aquellas parejas que decidieron dar el paso de casarse conmigo, que hayan confiado en mi, me alegré de ser la escogida para oficiar su ceremonia.
Y a todas aquellas que piensen en dar el gran paso, que pongo toda mi experiencia a su disposición para lo que necesiten.